Comentario de Aykhan Hajizada, Portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, sobre la declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia respecto a las últimas provocaciones militares
Las acusaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia contra nuestro país en una escalada intencionada de la situación, con la intención de desviar la atención de las provocaciones militares perpetradas regularmente por parte armenio contra las unidades de nuestras fuerzas armadas y de los pasos dados para concentrar fuerzas militares en diversas direcciones en los últimos días, son inaceptables y carecen de fundamentos.
Respecto a la afirmación de que la construcción de fortificaciones militares por parte de Armenia en las áreas limítrofes con Azerbaiyán es parte de sus reformas militares, y que la política de masiva militarización por parte de Armenia es su derecho soberano, debería ser claro para todos por qué estos pasos tomados por Armenia son ilegítimos y representan una amenaza para nuestro país.
Así que, las constantes afirmaciones contra la integridad territorial y soberanía de Azerbaiyán en la Constitución de Armenia, así como en varios actos legislativos, y la existencia de intentos de revanchismo, demuestran la magnitud de las amenazas provenientes de Armenia contra nuestro país.
Además, teniendo en cuenta que Armenia ocupó territorios soberanos de Azerbaiyán durante 30 años cuando tenía capacidad militar, los esfuerzos por proporcionar poder militar adicional sin duda crearán condiciones para que Armenia se convierta en una nueva fuente de tensión y amenaza.
A diferencia de Armenia, Azerbaiyán ha liberado sus territorios soberanos de la ocupación de acuerdo con el derecho internacional con plena superioridad militar y no ha representado una amenaza para los territorios de Armenia.
Ante los desafíos mencionados, la militarización agresiva de Armenia bajo diversos pretextos es una fuente de amenaza, y es necesario instar a Armenia a que se abstenga de seguir este peligroso camino.
La expresión de ideas frívolas como el control de armas y el pacto de no agresión por parte de Armenia, que durante 30 años ha violado gravemente sus obligaciones en el marco de los acuerdos internacionales y mecanismos de control de armas de los que formaba parte, y durante la ocupación de nuestros territorios desplegó ilegalmente la mayor parte de su equipamiento militar y sistemas de armas en el territorio de nuestro país y los ocultó de los mecanismos internacionales de control de armas, y que no respeta la integridad territorial y soberanía de Azerbaiyán en contra de la Declaración de Alma-Ata, a la que hace referencia muchas veces hoy, es una manipulación política.
Para demostrar que Armenia se toma en serio el proceso de paz, debe abstenerse de declaraciones contradictorias y pasos provocativos, y respetar las normas y principios del derecho internacional.
Por su parte, Azerbaiyán prevenirá seriamente las amenazas en la región y continuará sus esfuerzos por la paz y la construcción.